martes, 27 de diciembre de 2011

Mane Tekel Fares (2)

Reunión. Esta vez soy yo quien toma la palabra. Me tocó hacer la misma tontería que López-Mierda. Pero explicando qué hago yo con los listados, y qué hay que hacer para que yo procese una solicitud. Todo ello explicado desde la aparición de las nuevas tecnologías y su relación con el momento económico presente. Nada de power puaj. Whiteboarding. Ya les conté. Y si no, haber leído lo de más abajo, que digo yo que no está tan lejos.


La pizarra blanca. Agarro un rotulador de color azul y escribo mi nombre. “Listados y Solicitudes”. Bueno, mi segundo nombre. Mi nombre es otro y no lo voy a repetir más veces. Y hago un rectángulo alrededor. De color verde. La gente aguanta el tirón. Agarro el fucsia y escribo en la parte de arriba del todo: “qué hay que hacer para que yo lo procese”. Así seguido. Me interrumpe uno: ¿qué pasa, que lo vas a poner todo por escrito? El monitor de la sesión, que es un capullo que me cae mal porque le acabo de conocer, me indica que se trata esquematizar, usar el dibujo como soporte… su puta madre.



Verde. Dibujo un cuadrado. Y escribo listado. Rojo. Cuadrado. Solicitudes. Esto es lo que yo hago. Pinto un monigote. Yo. Éste soy yo. Pinto otro monigote, del mismo color, pero más lejos. Y al lado más monigotes. Y escribo. Vosotros. Estos sois vosotros. Y me pedís un listado. Doy golpecitos con la punta del rotulador en la palabra listado. Y yo os lo doy.


Y una mierda. Ese es el resentido de la primera vez. Por eso estamos aquí. Porque nunca contestas. A no ser que te mandemos a los jefes. El coordinador de la reunión solicita más espíritu positivo. Y yo dibujo otro monigote, mucho más bajito y más lejos. Y escribo el nombre del idiota que me está tocando los huevos. Álvarez-Mocos. Este eres tú. Tú me pides un listado. Golpecitos. Y luego dibujo un culo, que se me da bien. Y como no sabes pedir las cosas, te dan por el culo.


Hora y media después y sin borrar ni un poquito, aquello parece lo que es: un campo de batalla. El coordinador hace tres cuartos de hora que se marchó. Qué poco aguantan. Después de terminar de dejar la pizarra como un bebedero de patos, nos vamos a casa, que ya está bien por hoy.


Lo peor va a ser mañana, cuando el coordinador regrese y descubra que hicimos todos los dibujos con rotuladores que no se borran. Que nos los cambió un capullo de la séptima, que necesitaba para una reunión, y nos dejó unos muy chulos pero que no borran.


Y Álvarez-Mocos dibuja pollas fenomenal.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Mane Tekel Fares (1)

Reunión. López-Mierda toma la palabra. Nos tiene que hacer una presentación sobre las nuevas tendencias y su relación con el momento económico presente. Nada de power puaj. Ya no se lleva. Están muy mal vistas las animaciones creativas y las letritas que aparecen y los cuadritos y paragüitas con lluvia. El power ése es un resto de los noventa, la antigüedad, el pasado. Va en contra de la cultura corporativa, del espíritu de comunicación franca y directa y honesta y trendy que nos caracteriza. Es anti-higiénico, no permite escuchar, la gente lee y se distrae, escucha y no lee… Una mierda.


En realidad, a López-Mierda es que le han enviado a un curso que ha costado la hostia y se llama de whiteboarding que es lo mismo que hacíamos de pequeños cuando se iba el profesor de clase, subirnos a la pizarra a escribir mamonadas y poner garabatos. Pues eso, lo capullos que éramos, está de moda moderna.


La pizarra es blanca, de plasticuchi, nada de aquello que pasabas la uña y ponías a todo dios debajo del pupitre. Nada de tizas que te entraba el polvo de colores hasta la goma del gayumbo. Ahora es todo moderno, limpio y funcional. Y capullo. Ahora todo es capullo. Si no, ¿de qué iban a apuntar a López-Mierda al curso?


Entonces López-Mierda agarra un rotulador negro y hace un círculo grande y después agarra uno rojo y escribe Tendencias Actuales de Mercado, y hace una cajita verde y escribe Retos y flechas azules a Tendencias Actuales de Mercado, y después otra cajita verde y escribe Oportunidades y más flechas azules, y luego lo engloba todo en una nube que pone “Redes Sociales, en magenta –eso es como lo ha llamado, a mí me parece color lapo con sangre-, y después pinta una persona, pero como con un cabezón y cuatro palitos, el clásico monigote que le colgamos el día de los inocentes, y yo ahí me pierdo con la puta nube y el monigote y sus Retos que son Oportunidades.


Hora y media después y sin borrar ni un poquito, aquello parece lo que es: el desvarío de alguien que padece muchos dolores y no encuentra calmantes. Es lo que es o lo que somos todos: el esquema de nuestra estupidez a cambio del sueldo de mierda que nos dan y que no nos darían en otra parte.


Bueno, que el caso es que esto de las pizarras blancas se ha puesto de moda y ya les contaré porque hoy me toca a mí contarles cómo hago los listados y a ver qué me invento. Yo mis listados, así como una nube no los veo, si acaso me dejaran usar el color marrón.

lunes, 12 de diciembre de 2011

centro del calafate

centro del mundo, o bien,


centro de mi mundo, o bien,


lugar donde se cruzaron los ejes y todo me pareció que funcionaba, o bien,


esa zona que nadie sabe que tengo, o bien,


estuve allí y no quise regresar, pero no me quedó otra, y desde entonces, yo tendría mucho interés en que la realidad se rompiera y pudiera descender por una grieta suave y pequeña justo a ese sitio que es la foto.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

si al final no hacía falta tanta cosa

yo seré lo que tú quieras que sea. con tal de que me dés de comer, que pueda echarme en un sitio para poder dormir un par de horas. yo seré lo que tú digas. seré cosa, seré pienso. no tienes más que decírmelo y lo seré. todo y más. lo que tú digas, aunque sea muy tarde o muy pronto. da igual la hora, da igual el frío o el calor. con tal de comer un poco. yo ya no digo más. no refundaremos el capitalismo porque qué coño, estaba bien así. te pido perdón por haber dicho cosas, por haber salido de casa sin permiso, aquellos manifestantes no eran nada mío, simplemente coincidimos, me equivoqué al gritar que no me representas, me equivoqué al pensar, al creer en los valores. culpa mía. me creí lo del colegio, eso de la democracia. pero hoy tengo miedo, que es peor que tener hambre. tengo hijos y tengo miedo. y seré bueno. ¿ves? al final no hacía falta tanta cosa. soy hombre fácil de convencer. con sólo un cuenco de arroz y una esterilla, ya estamos.