viernes, 31 de agosto de 2012

Si no, no estarían aquí.


A veces pienso que no hago falta aquí. Ni a mi jefe. Ni a la empresa. No les hago falta. Ellos están a lo suyo, a sobrevivir, a pisar, a ver quién coge el ascensor de presidencia. Yo en realidad, molesto. Hay que pagarme, hay que reunirse conmigo de vez en cuando. Hago mal las cosas. Como todos. Las hago siempre mal. Por eso les molesta tener que reunirnos, porque en el fondo lo hacemos a propósito, lo de joderles.

Tienen cosas importantes. Cosas necesarias. Si no, no estarían aquí. Yo no. Yo estoy porque alguien se equivocó o porque me metieron con el mobiliario. Si pudieran, tan sólo si pudieran. Yo tengo que entender. No les hago falta. A ninguno de ellos.

Ellos a mí tampoco, pero nadie me ha preguntado mi opinión.