viernes, 20 de diciembre de 2013

entrañable


Se acercan esas entrañables fechas en las que la mayoría de las personas quisiéramos huir y por eso nos escondemos en atascos interminables, en centros comerciales atestados, en tiendas, en colas de devolución de prendas y tickets regalos.
Son esos días en los que la felicidad se apodera de nosotros de tal modo que somos capaces de matar por un sitio libre de aparcamiento. Yo lo he hecho. El cabrón no paraba de sangrar. Pero al final conseguí hacerme con el último Hospital para Animales de la Barbie –tenemos que enseñar valores a nuestros hijos.
Bebemos y comemos como si el mundo fuera a acabarse, y nada más cierto, porque el mundo en efecto se acaba. Yo vi cómo los edificios se derrumbaban, como el cielo se volvía todo oscuro, las farolas caían todas como fichas de dominó y yo despertaba cinco horas después con la punta de la bota de un policía municipal en las costillas.
Son fechas entrañables porque nos unimos a lo que somos, a nuestras tripas. Podemos ver las calles rebosando de vómitos, adivinamos las cenas de nuestros vecinos, celebramos esas judías tan cariñosamente depositadas en nuestro portal por algún joven idealista.
He cogido el coche porque tengo que ir al centro. He cargado el AK, las dos Glocks y la Bereta. Tengo muchas ganas de celebrar estas navidades como se merece.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Yo. O tú.



Quiero ser camarero. Policía. Barrendero. Ganar la mitad. Vivir en el alambre. Trabajar en la hostelería oculta, en una caja B. He estudiado firmemente para ello. He puesto mi voluntad al servicio de mis aspiraciones. Quiero ser programador. Aprender en mi tiempo libre. Irme al paro un mes cada cuatro o cinco. Es lo que siempre ambicioné. Vivir en casa de mis padres hasta que no ninguno podamos más. Hasta que a alguno nos de un ictus. Y nos asignen a un lugar oscuro, algún espacio en el olvido.
Siempre quise llegar alto: a cortador de tela, a camionero. Hacer quince horas diarias. Mirar la tele sin en realidad ver nada, imaginar que algún día pudiera soñar de noche cuando cierro los ojos al menos sólo unos minutos, permítanme tan sólo unos minutos.
De todo lo que siempre quise llegar a ser, reconozco que ser puta, trabajar en los arcenes o en un polígono industrial en semiabandono, es lo que nunca creí que podría conseguir. Sólo con mi esfuerzo y mis dos carreras y mis varios idiomas he podido llegar hasta aquí. Miro mi pasado con orgullo. Cómo conseguí alcanzar este sueño, cómo cada noche he venido apretando los dientes diciéndome a mí mismo “no es suficiente, necesitas llegar aún más lejos”.
Esta pared de humedad de la que nadie va a ocuparse y que puede recordarme tantas cosas –mi casa, mis amigos, el sol de la mañana, el tren que nunca termina de llegar, el trabajo que no era verdad, el regreso que ya no puedo hacer porque no hay donde regresar.
Es donde siempre quise estar. Por eso voté y abrí un plan de pensiones y apoyé a la selección y acepté las medias verdades y las dobles mentiras. Por eso me indigné con los indignados y me irrité con los que protestaban y regañé a aquel anciano vestido de verde y a aquellas mujeres desnudas e indencentes.
Siempre quise ser camarero. O recogepelotas. O simplemente nada. Ni siquiera persona.    

lunes, 4 de noviembre de 2013

Un poco más allá de ahora mismo

Un poco más allá de ahora mismo hubieras estado tú. De no haberse estropeado la cosa. de no haber entrado el viento por enmedio.

Un poco más allá de ahora. En el abismo al que nos pudimos asomar. Ya me dices, aunque no podrá ser. Son cosas que nos ocurren a las personas.

Sobre todo a las que estamos solas.




jueves, 31 de octubre de 2013

El Descenso

Necesito ese pedido, Rodríguez. Lo necesito porque me comprometí y antes de nada está mi culo. Tú me dijiste que saldría. Ahora no me vengas con que el cliente dice y el cliente no dice. Me la trae muy floja el puto cliente y si tiene pasta o se la ha gastado en putas. Me la trae floja y es mi culo o el tuyo. O mejor, es tu culo antes que el mío. Si no lo hago, salgo en los papeles, y no va a ser el caso. Me da igual lo que digas. Me lo repones. Me dices con qué otra cosa lo cubres. Te lo inventas, lo robas, me la suda, pero quiero ese puto pedido, antes de mañana, Rodríguez. Esto funciona así. Ya lo sabías. Yo no voy a estar ayudándote ni dando la cara por ti. Si en algún momento te has pensado que podías contar conmigo, te has equivocado y mucho. No me vengas con rollos ni con excusas. No quiero verte la puta cara. Solo quiero el pedido. No me interesan tus problemas. Sólo que me asegures la cifra. Tengo un par de ex mujeres a las que pasar un montón de pasta, tengo planes, tengo una vacante en la central. Y tú sólo tienes esa cara de capullo y la cola del paro.


sábado, 26 de octubre de 2013

El Mejor Tipo del Mundo


Andaba yo con la alegre muchachada (dos amigos que se me juntan de a cuando) en el bar, que es un sitio que a mí personalmente me llena, en esa hora rara que no sabes si café o caña, ginebra o anís… ya me ubican. Que si tal, que si normal, que si esto es lo que hay y así están los cuerpos, más bien con cada uno su propio miedo. Una fiesta pero al revés. Un funeral tampoco, más bien un maratón de funerales. Que si el calvo de la tercera, ya sabes, le vi hace un par de noches rebuscando en los cubos del MercaTodo Express. Bueno, les habían puesto un candado, se las habían apañado con una cizalla. Eran varios, andaban a hostias. Pero ya ves. El calvo de Atención al Cliente. No caigo. Sí, uno que lleva los pantalones con brillitos. Que tendrá sólo esos. El que se divorció y no tiene dónde ir. Que le pasa la monotención a la parienta y tiene a la madre en una residencia pirata… y entre lo que cuesta una cosa y la otra… pues duerme en el cajero del Montepío Obsceno.

¿Y qué coño le pasa al calvo? Nada, joder… Que te decía que le vi rebuscando en los cubos. Pues joder, vaya novedad. Como que mi mujer no compra en el piso del renano. Sí, el tipo que te vende los canalones del CarreTodo pero a menos precio. Que se lo roban unos suecos de Hortaleza. Malditos inmigrantes que se lo quedan todo. Bueno, pero mi mujer dice que le sale a cuenta. Ya estamos. Mirar, que yo por mi, me paso a los vermús. Que para mí es pronto. Pues vas y te jodes. Niño, ponle un batido aquí al capullo. Qué hostia, cómo te pones. Si es que sois un peñazo los dos, con tanta desgracia y tanto análisis social…

A nuestra espalda, en la barra, un señor, traje, chaleco, corbata. Todo muy gastado y sucio. Un poco de olor a mierda. Pero qué coño quieren, estamos en crisis y estas cosas son lo que hay, que lo dice Montrozo, el ministro, que tenemos que hacer economías y si no hay ni para jabón ni para papel del culo, pues hay que hacerselo austero. Cara de concentrada preocupación. Hasta que el niño la barra le pone una copa de helado. Tres bolas, y líquidos de colores y nata y yo qué sé de la de cosas. Qué hijoputa el maloliente. Qué pedazo de felicidad que le habían preparado.

Y mis alegres mierdas de compañeros venga a decir y a suponer y a quejarse y a lamentar y a esperar que todo es una mierda, que los políticos son lo peor pero vamos y les votamos y ¿has visto tú lo que ha dicho éste? Y lo que respondió aquel, y la familia del piso de arriba mío que les echan en tres semanas porque el IVIMA les dice que ahora tienen que subirles el alquiler que a ver qué se han creído que es el IVIMA, si una ONG o unas cuñaditas de los pobres.

Pero yo sólo tengo ojos para el tipo del helado. Porque se mete la cuchara y pone la cara del tipo que es feliz, del capullo que está en mitad del espacio, sólo consigo mismo y el cosmos o lo que sea que haya por allí, y flota y sonríe con esa cara de gilipollas que se te pone cuando te estás corriendo precisamente justo en ese momento. El tipo más feliz del mundo. El mejor tipo del mundo. El débil mental con el traje gastado, y que huele a mierda y que se pide un helado y todo lo demás desaparece y sólo queda su sonrisa cada vez que se le mete una cucharada en la boca del dragón.

Yo miro. Mis colegas miran. El bar entero mira. Todo es silencio de pronto. Y enganchados a la sonrisa de un pobre diablo, todos los humanos, suponiendo que habita un lugar que no sabemos pero qué coño, ahí es donde todo debe ser perfecto.

domingo, 20 de octubre de 2013

El Estado del Bienmesabe

Durante los años de la Alemania nazi, si no eras judío, comunista, gitano, socialdemócrata o deficiente mental, simplemente no tenías nada que temer. El Estado se endeudó hasta el límite para relanzar las obras públicas, la producción de armamento o la extracción de materias primas. Es decir, que si no eras un indeseable, podías tener un trabajo y vivir decentemente. El resto, es decir, los que no eran como tú, simplemente no existían. En el fondo, si detenían a tu vecino, te hacían un favor. Así no tenías que verle. Te quitaban la desagradable sensación de que tú sí y él no. ¿Cómo se te iba a ocurrir preguntar? Bastante saben nuestros mandatarios, a qué voy yo a meterme. ¿Qué quieres? ¿Que me pongan el siguiente en la lista?
En este Estado del Bienmesabe que es la nueva visión de los pequeños capataces que nos gobiernan, si no eres inmigrante, parado, anciano o dependiente, si tienes medios para pagarte la escuela, los libros, las medicinas o la mamografía, tampoco tienes que temer. Como en la Alemania nazi, las tiendas abren, los teatros teatran cosas nuevas cada semana, los cines nos llenan las pestañas de 3-D, los cien montaditos echan carreras por la barra del bareto.
Es lo que querías, ¿no?
No preguntes. No te muevas. No.

martes, 8 de octubre de 2013

Grandes Personajes del Momento de Ahora Mismo. Hoy: Esperanza Oña.



La alcaldesa de Fuengirola es de Fuengirola y española. ¡Ola! ¿Cómo te has quedado? Tiene la playa hecha una mierda, que vas y cuando revienta un colector y está aquello lleno de personal con sus digestiones pesadas, pues ahí vamos todos a soltar y que te crees tú eso, que sueltas y luego la playa te lo trae de vuelta.
¿Es española por lo de la playa? No. Un poco sí. Pero hacen falta más méritos.
Es española porque es una mujer como Dios manda, de las que tienen carácter. Bueno, el carácter de un político, que te echa una bronca por romperle el protocolo, pero le besa todo y más al tipo que hace las listas electorales. Y si tiene barba, cierras los ojos, pero metes la lengua, a dónde va a parar.
Es española porque puede, porque sí, coño. Porque si vas a la feria, aquí lo que hay es lo nuestro. Andaluza y española, y sevillanas y malagueñas y lo que rondaré morena de tinte. Es española porque si vas y pones otra cosa, con el ánimo de bailarte un latino o un otracosa, cágate lorito que te meto. Pro-hi-bi-do. Nada de latino ni de africano ni de europeo. Ni de pollas. Aquí, la música, la de aquí. Aunque sea de Sevilla. Pero la aquí, la de Fuengirola. Que se sepa que somos españoles, que construimos una promoción en donde nos sale de la bandera.
Y esto es lo que hay.
Y usted no se mueva, que le estamos viendo.


sábado, 5 de octubre de 2013

De todas formas

Del modo que quiera usted verlo. Por delante o por los laterales. Que da igual, coño. Que se está viendo claro. Que está todo mejor. Que el paro sube pero menos de lo que subió un día. Que nos llueven los contratos por horas. Que somos la hostia. Que ha comenzado el milagro y la virgen da palmadas mientras todos nos damos cuenta de que está claro, hostias y a callar.

¿Que usted no quier verlo? ¿Que no participa del sentir general, de la gracia, de los saltos y los abrazos? Pues es usted un destructor y un socialmente hablando terrorista y si no viene el turismo es por lo de usted, que no quiere verlo cuando está tan claro.

Estamos mejor. Y seguiremos estándolo. Otra cosa es quiénes. Eso no es asunto suyo. Así que haga el favor de no meterse.  

jueves, 7 de marzo de 2013

Que dice el señor Bárcenas que te pongas.

– ¿Qué pasa? ¿Que no está el jefe?
– Bueno, sí. Pero dice que te pongas tú.
– Hay que joderse. Entonces el que dice que me tengo que poner es el cabrón del jefe, no Bárcenas.
– Lo que quieras, pero que te pongas que no tengo todo el día.
– No puedo. Estoy reunido.
– Los cojones. Estás en tu mesa. Que te estoy viendo desde aquí.
– Estoy en una conference call.
– No me toques las narices, Ruizgómez. Que estás hablando conmigo por teléfono.
– Por la otra línea.
– La tienes libre. Lo veo desde aquí.
– Están a punto de llamarme.
– Te estás marcando a ti mismo desde el móvil. Que no es la primera vez que me la haces. Que no soy imbécil.
– Pues que se ponga el becario.
– No está. Tenía tratamiento.
– ¿Aún sigue con lo del acné ese tan rebelde? Eso es un puro cuento. Le estás protegiendo, Merceditas.
– Los cojones, Ruizgómez.
– Ya me lo has dicho.
– Te estoy pasando.
– No te escucho. Debo tener mal la roseta.
– Te la cambiaron esta mañana. Por ahí tampoco. Te paso….
– ….cuic….
– ….cuic cuic cuic…
– Que ha colgado.
– Pues mira tú qué bien.
– Sí, pero ya sabes cómo es este tío. Vuelve a llamar en diez minutos.
– Que lo coja el gafapasta. Que encima que yo no he visto un puto sobre en mi vida, me toca ahora hacer de confesor y decirle lo que no es verdad. Y además sólo quiere hablar con los de arriba.
– Oye, que está otra vez la lucecita. Una llamada entrante… ¿Oficina de la Secretaría General? Ah, señor Bárcenas. Estaba justo a punto de pasarle. Sí, le iba a atender el señor Ruizgómez…. No, el coordinador está reunido. Fuera de la oficina. Fuera de Madrid… de España. Una coordinación europea, ya sabe cómo son estas cosas… Le paso….
– ¿Ruízgómez? El señor Bárcenas…
– ¿Ruizgómez?....
– ¿Ruizgómez?...
– Será capullo…
– No disculpe, disculpe. No me refería a usted señor Bárcenas.

viernes, 8 de febrero de 2013

Vamos a darnos un tiempo

Para pasear... No, mejor no. Que hace frío, que las cosas están muy mal y mejor nos quedamos en casa. Cada uno en un lado de la única habitación. Un tiempo de no hablarnos. De pensar en cómo serían nuestras vidas sin nosotros ni nosotros. Hagamos lo único que podemos hacer. Nada, no mirarnos, no hablarnos. Abogados... tampoco. No tengo más que para un pan con algo un día con suerte. Mejor dejemos que pase el tiempo, como si nos hubiéramos separado, como si no nos quisiéramos ver, tú mira a ese rincón, el del papel levantado, y yo a la gotera. Humedades, todo lo que nos queda. Porque querernos, no podemos. Ya no hay más. No hay sitio. Ni espacio para respirar el mismo aire, ni mujeres ni hombres con los que engañarnos. No hay más que el sonido de las cañerías y un poco tu respiración.



Quedémonos así mientras nos llega el momento de cerrar cada uno nuestro libro.

lunes, 14 de enero de 2013

Ruidos En Mi Cabeza, 2012


The Tallest Man On Earth - There's No Leaving Now
Go-Kart Mozart - On The Hot Dog Streets
Lee Fields - Faithful Man
Perfume Genius - Put Your Back N 2 It
Bill Fay - Life Is People
Ry Cooder - Election Special
Fiona Apple - The Idler Wheel Is Wiser Than...
Django Django - Django Django
Bobby Womack - The Bravest Man in the Universe
Sun Kil Moon - Among The Leaves
The Black Keys - El Camino
Bob Dylan - Tempest
Six Organs of Admittance - Ascent
Mount Eerie - Clear Moon
Calexico - Algiers
Jake Bugg - Jake Bugg
Iris Dement - Sing The Delta
Jack White - Blunderbuss
Dirty Projectors - Swing Lo Magellan
Shovels & Rope - O' Be Joyful
Andrew Bird - Break It Yourself
Beach House - Bloom
Cat Power - Sun
First Aid Kit - The Lion's Roar
The XX - Coexist
Swans - The Seer
The Dirty Three - Toward The Low Sun
The Soundtrack of Our Lives - Throw It To The Universe
Tame Impala - Lonerism
Thee Oh Sees - Putrifiers II
Carolina Chocolate Drops - Leaving Eden
Anais Mitchell - Young Man in America
Neil Young - Psychedelic Pill
Dexys - One Day I'm Going to Soar
Scott Walker - Bish Bosch
Ian Hunter & The Rant Band - When I'm President
Dr. John - Locked Down
Giant Giant Sand - Tucson
Howlin' Rain - The Russian Wilds
Cloud Nothings - Attack
Field Music - Plumb
Alabama Shakes - Boys & Girls
Sharon Van Etten - Tramp
Allah-Las - Allah-Las
Beachwood Sparks - The Tarnished Gold
Bob Mould - Silver Age
Sara Watkins - Sun Midnight Sun
The Vespers - The Fourth Wall
Punch Brothers - Who's Feeling Young Now?
John K. Samson - Provincial
Keaton Henson - Dear
Field Report - Field Report
Of Monsters & Men - My Head Is An Animal
Paul Buchanan - Mid Air