lunes, 30 de marzo de 2009

Historia de lo Mío - 14



Me da vueltas todo. Los coches aparcados, los palés, las luces en la pared. Voy a vomitar, y eso, qué quieren, no me gusta. Los que tenemos nuestra dignidad sabemos elegir dónde hacer estas cosas. En habiendo una buena alfombra de Comité de Dirección, ¿a qué esconderse detrás de unos costrosos palés, en el rincón más perdido de todos los rincones de mi oficina?

Moreno, la nueva. Qué buena chica. ¿Pues no quería que me dieran candela? A eso se le llama compañerismo, qué poca gente así va quedando. Dentro de nada, seremos todos como autómatas. Afortunadamente, aún hay personas que le ponen pasión a su trabajo.

No me apetece mucho la idea de meterme bajo los palés, pero me apetece menos que alguien pueda verme, así que lo primero parece la única opción por el momento. Al menos hasta que deje de chorrear sangre por la boca. Mierda, me han dejado el traje para la bolsa de caridad de la parroquia. Lástima que no sea creyente, más lástima todavía que no tenga más que este traje para ir a trabajar. El de los domingos no se toca, es el de ir a por todas. No se juega con las cosas importantes, no señor.

Esto está hecho un asco. Si sólo hubiera polvo, pero parece como que acabo de encontrar el rincón preferido por todo el mundo para esconder la mierda. Bocadillos de hace varios años a medio terminar, un par de condones petrificados, probablemente una caja de compresas con ruido dentro… No parece que haya elegido el mejor lugar para concentrarse. Así que mejor cerrar los ojos y esperar a que los que llegan se marchen o los que salen hagan lo que tengan que hacer. Puedo escuchar ruidos de pasos. Una pareja que habla en bajo. Ropas que se rozan. Joder… A estos les da por echarse un alivio y capaces de hacerme pasar la mañana aquí metido. No puedo ver las caras. Hablan demasiado en cuchicheo. Imposible. Tendré que conformarme con imaginar posibles combinaciones. ¿Elena la tía plana de Controlling con Jesús María del Císter, el calvo que huele a desinfectante y que lleva quince años en el Archivo? Molaría. Los dos son del Opus y suman más de quince hijos. El perfil lo dan, esa gente no piensa más que en el sexo. Además, si se queda embarazada, a ver quién podría sospechar de nada.

Vienen jadeos y ayes y lamentos. La pila de palés se mueve, despacio al principio, pero después van tomando ritmo y empiezo a parecer un cadáver bajo un derrumbre de palés. Asi que ha llegado el momento de hacer algo. Trato de imaginar cómo hacen las ratas. Fú o guau o chisss, no sé, como coño cojones haga una rata. Pero que lo haga ya, el mundo se tambalea a mi alrededor. Con tal de que no suene a humano, me digo, me parece que va a poder valer. Con el tacón empiezo a frotar una madera. En plan imperioso, ayuda mucho el ritmo de la pareja, todo hay que decirlo….


Se paran. Escuchan. Sonido de roces, de chús chús… Hay cosas ahí debajo. Cosas que se mueven. Salir corriendo. Tacones, tacones…

La puerta se cierra pocos segundos después. Nuevo récord mundial de cruzar la tercera planta del garage.

Silencio. Pensar. Fernández-Agrio. Alcocer. Moreno.

La Nueva.

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