Esta mañana, en el bar.
Dos tipos a mi lado. Felices como monitos. Venga a echarse saltos y risas y más saltos después.
Claro que me interesan las personas. No soy tan misófilo como dicen algunos. Tanta felicidad ahí sentada, a dos taburetes... no va a despertar mi curiosidad de Topo y Hombre a la vez.
Siete y cuarto de la mañana. Me quedaba ya poco para meterla en el ranurado. Y a esos dos parecía que les había tocado el completo.
Resumo la conversación, grosso mocco:
- Discúlpenme, caballeros
- Usted dirá, condestable
- ¿A qué esa algazara, esos aspavientos y rezapatetas de contento y exaltación?
- ¿Acaso vos no sabéis?
- ¿Qué he de saber?
- La buena nueva que corre por tabernas y mesones, por calles y bulevares...
- Pues no soy conocedor de asunto que tan en regocijo les tiene, honorables y laboriosos empleados por cuenta ajena.
- Ni más ni menos que nuestra escuadra, simpar representante de nuestra ciudad, ha salido triunfadora en la cuestión de la Liga del Fúmbol...
- No me diga...
- Como lo oye o escucha, capullo…
- ¿Significa eso que no trabajan ya ustedes, que por salir triunfadores esos representantes suyos, ya les perdonan lo de ir a la cuestión laboral? ¿Les dan a ustedes por ventura tal cantidad de dinero que podrán dejar ya de venir a estas horas por los bares?...
Y en eso apuraron sus licores de hierbas color amarillo pis y se largaron.
Sin hacer más monerías.
Lo que me produjo un cierto desencanto…
3 comentarios:
A mi, en cambio, lo que me ha alegrado ha sido el nacimiento del Miquel, el niño de la Carmè, q nos ha salido chiquitín pero muy bien de salud.
Casi no quepo en mis gayumbos de gusto.
La felicidad es lo que tiene. Va por barrios.
Ha sido saberlo y conectarme al Marca en homenaje a su topota madre.
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