jueves, 17 de diciembre de 2009

Miedo al compromiso


Cambio mucho de bares. Hasta hace poco no me dí cuenta del motivo, me parecía lo más natural del mundo. Los tipos de la barra, a la tercera que te ven por allí, y ya sin preguntarte, te ponen “lo de siempre”, que viene a ser lo mismo que creen recordar que pediste la última vez que fuiste por allí. Si encima eres de los que repiten, y en realidad todos somos de los que repetimos, los del otro lado parece como que hacen competiciones de memoria con nuestros cafés y nuestros sol y sombras.

Lo de siempre… al tercer día. Suena como que ya no quieres volver.

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