lunes, 6 de julio de 2009

Es lo de hoy


Tengo la camisa pegada a la espalda. Paroxetina mira con desaprobación mi reluciente caña de cerveza, tan helada y amarilla que parece un ídolo pagano. Por mi, como si se marcha de repente y mi vida vuelve a ser una mierda. Me voy a beber la caña y después, me beberé otra más, y después, pensaré con qué sigo.

La calle se ha llenado de guiris. Alguien mucho más borracho que yo dijo que una casa que se cae con apoyarte era no sé qué coños del siglo de hace muchos siglos, y ¡hala!, la calle hasta arriba de gente enrojecida y en camiseta de tirantes, caminando en fila india, detrás de un tío con sombrilla.

Hago un comentario sobre camisetas. Del tipo vaya una mierda, mirar qué pandilla, todos en ropa interior de colores… Paroxetina y los colgados habituales del bar aparte, nadie más que pueda darme conversación. Y eso la verdad es que jode.

Le pego un trago a la caña. El de la barra, que a ver quién coño le ha pedido que diga nada, va y suelta:

“ochenta mil tíos en el Bernabeu… y todo por un tío que vende camisetas…”

Hay que joderse con el sol, lo malo que es para las personas.

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