Es éste.
Por ejemplo, podría hablar del último libro que me ha dejado hecho trocitos. "Unnamed", de Joshua Ferris. Un hijo del Medio Oeste o de por allí les den, que cada vez que pone un dedo en una tecla, lo clava el cabrón.
Por ejemplo, del último disco que me rompe y me vuelve a componer. El de Bon Iver.
Pero, problema, los dos han salido en este blog, y parecería como que estamos siempre con lo mismo.
Así que como no tengo nada interesante que contar, expondré una parábola: un hombre tenía dos hijos, el primero era bueno, el segundo era malo, el primero mató al segundo porque tenía hambre y el segundo estaba a punto de comerse unos torreznos, el hombre lloró la pérdida de su hijo pequeño, pero poco porque era malo, expulsó a su hijo mayor de sus tierras, pero éste decidió que qué coño, que no se iba a ir, y que total, con la tos tan fea que tenía su padre, para lo que iba a durar, pues que lo metía en una residencia y a tomar por culo, y así procedieron, y el hijo mayor, que era el bueno, folló con su madre, ya que parece que eso tiene que ser así si quieres cumplir con el patrón clásico, vendió sus tierras y cruzó el horizonte a lomos de una burra guapa guapa, y dio gracias a Yavéh, pero también a todos los demás dioses, no fuera a ser qué, y llegó a un lugar que ponía inversiones, y allí se dedicó a comprar cosas súper baratas a gente que necesitaba pasta para sobrevivir, y se hizo aún más rico, y le dieron premios al empresario del año, y le dieron premios al hombre más elegante de la revista Telva, y finalmente, durmió muy tranquilo porque vió que todo lo que había hecho no era sino lo que se esperaba de él.

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