

Angeles de la guardia, venid a mí. Necesito sentir vuestra mano, un hombro para cada uno. Sostenedme en el abismo. Guiadme por el dolor y la oscuridad. No me dejéis ser persona. Abandonadme en el color negro y si aún os queda algo de suelto, pagadme una última copa.
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"el arte es una anécdota del espíritu" Mark Rothko
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