domingo, 12 de septiembre de 2010

Volatines y Rezapatetas.



Parado en un semáforo. Delante de mi un tipo se saca unos palitroques de donde coños los llevara. Los lanza hacia lo alto, ¿una ofrenda a los dioses?. Los lanza consecutivamente, uno ahora, otro después, el tercero justo cuando recoge el primero, que regresa ya desde la casa de los dioses.

Los semáforos, ay, no son eternos. Y ya está el hombrecillo verde con los temblores, así que al muchacho de los palitos no le queda mucho tiempo para lo que viene después. Que es pedirnos una moneda por sus quince segundos de compulsión.

- No puedo darte nada. No estaba atendiendo.
- Serás hijoputa.
- Estaba pensando en la huelga.
- Da igual lo que decidas. Tanto si la haces como si no la haces, acabarás aquí.

El tío me deja con la palabra en la boca, le quedan un par de coches al alcance de la mano antes de que el semáforo cambie. Antes de salir corriendo hacia la seguridad de la acera, según pasa de regreso por mi coche, me dice en tono de grave advertencia:

- Te quiero aquí el lunes a las ocho. Puntual. Las pruebas de acceso a candidatos comienzan a esa hora y ni un minuto más.

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