lunes, 20 de abril de 2009

Semana Decisiva.


Ha comenzado una semana decisiva, en palabras de nuestro director. Es decisiva por muchas razones, al parecer. Estamos inmersos en una auditoría, en una due diligence, en un cambio de los sistemas de información, y para colmos vienen los europeos a celebrar el Comité de Dirección de la Región MED dentro del Área EMEA. La puta caraba.

Esta mañana, al llegar –ya saben que me resulta muy agradable echar un ratillo por la zona de despachos VIPS antes de que aparezca nadie-, me he encontrado la oficina revolucionada. Todo el mundo pidiendo información, listados, reportes. Todo el mundo colgado al teléfono, paseando arriba y abajo de los descansillos con el móvil. Dime, dame, ponme, truca y estim parlando per la telefonatta.

Y yo, pues no sé, no puedo estar en mi sitio porque no hace más que sonarme la extensión y llegan los correos a docenas de centenas, y me convocan y tienes hasta las once para enviarlo. Si no, se cierra y tú verás. No puedo andar por los pasillos porque entonces soy carne de cañon. Unos que suban a dirección a mover los muebles para habilitar la conference room. Se necesitan sillas en la sala grande de reuniones. A ver quién puede subir a llevarse unos archivadores que están en mitad del pasillo.

Ni en mi sitio ni por los pasillos, ni mucho menos en el bar de abajo, que están hasta arriba de hacer cafés y subir bandejas de cruasanes y sobaos industriales. Pues de estoy ya me podían haber avisado. ¿Para cuántos? Hombre, café no hay problema. Pero tostadas de aceite y tomate no creo que tengamos ni para la mitad. Con pan de molde no salen lo mismo, pero si son extranjeros…

Nadie me hace caso. A no ser que me preste al sube y baja.




Ha comenzado una semana decisiva. Regreso a mi casa, me meto en la cama y apago la luz. Con un poco de suerte, el lunes que viene, sigo teniendo curro.

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