martes, 13 de enero de 2009

Dios, los autobuses y los buenos judíos del Sabbath

Pues que en esto que vengo volviendo a la vida, como Nosferatu, ese no hombre al que tanto admiramos en mi departamento, cuando me encuentro los autobuses llenos de que si Dios existe o si Dios no existe. Lo cual es interesante. Va uno en el diecisiete, por pongamos el caso, así como en sus cosas, y de repente, zás patapás, que Dios no existe y que qué de puta madre. Ah, vale. Si lo dice la publicidad, yo por mí, qué quiere que le diga, pues eso, que no existe y todos tan a lo suyo.

Trasbordo y me empujo a empujones en el cincuenta y uno, que es el que mejor me deja, no sólo por el sitio, sino porque no huele tan a fritanga como los otros que cojo. Y ahora van y me ponen un anuncio con que Dios existe. Que sí, que existe, que no te pongas pesado y que esto es lo que hay aquí y en donde las siete voces.

Dios no existe en el diecisiete, pero vuelve a la existencia en el cincuenta y uno. ¿Eh que molan los autobuses del tinglado en el que me desarrollo como persona? Otra cosa sí, lo que nos pidan, pero autobuses con opiniones firmes, de eso en mi pueblo no tenemos.

En esas me ando como siempre, cuando, mirándole por cima de la caspita las hombreras, veo que en el periódico del tipo al lado mi cuerpo, viene una cosa muy liada con fotos y gritos y explosiones y todas esas cosas que yo ya me entiendo.

Leo. Y pienso.

Asunto concluido. No hay que darles más vueltas.

¿Pueblo más religioso que hay? Los judíos sionistas con su cosa de los tirabuzones y las mantas zamoranas y los movimientos de adelante y atrás y vuelta a lo mismo. Que si Yavés cómo está todo, que si mínimo diez mil años de pueblo elegido, y que a ver quién lo supera. Y ese Sabbath… ¿qué decir de ese Sabbath, consagrado a Dios, propiedad de Dios, que nadie puede hacer nada, que es el día para pensar en Dios y que Dios diga o se ponga como a Él en su totalidad total buenamente le salga?

¿Y qué podría haber más menos agradable que ponerse a joderle a Dios en su día propio tirándose unos misiles, pero a mogollón? Pues como somos el pueblo elegido y tenemos más tradición y más relación y más de lo nuestro que nadie, Sabbath con misiles y adiós muy buenas y todo el mundo en fila india.

Ni Dios ni no Dios, aquí a hostias por si acaso. Y el Sabbath, vale, pero sin mariconadas, que uno es religiosísimo pero hasta que se le pone en sus santas albóndigas, a ver si luego vamos a quedar como lo que no somos. O para que nos entendamos: que dice el pueblo elegido por Dios que más o menos le da lo mismo que lo mismo le da que Dios viva en Trijueque o que no pase de una mera excrecencia socio-cultural de pueblos poco avanzados. Y que si es por ellos, que el enemigo muerto mola mucho más que vivo.


Pero mucho más. Dónde va a parar.

1 comentario:

iperico dijo...
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