martes, 26 de agosto de 2008

El horror


Ayer cortaron el agua en casa, están de obras en el primero segunda y no sé qué coño han hecho. Mínimo hasta el fin de semana. Y después, tampoco es que haya garantías. La puerta del metro está cerrada. Ahora tengo que salir al otro lado de la calle. En el kiosco aún siguen de vacaciones. El del bar está de reforma, dice que quiere darle más sitio al salón quitándoselo a la barra. El segurata de la puerta es nuevo y me dice que tengo que llevar la identificación a la vista. La de recepción se ha cambiado el look. Ahora es una emo y dice que sólo hablará con monosílabos. Están revisando los ascensores. Sólo funciona el montacargas. En mi planta están cambiando el cableado. Se han llevado las mesas al otro lado, donde la impresora de colores que está siempre pitando porque no tiene cartuchos. Con el trajín, alguien se cargó las persianas y el sol nos da en la jeta desde el amanecer hasta las quince treinta y siete. Me han robado mi silla, al final la encuentro cinco plantas más abajo. La tía que se la ha quedado protesta al principio, pero no es capaz de explicar que mi nombre esté escrito con tippex blanco ocupando todo el respaldo. Abro el correo y mi jefe dice que están revisando las bases de datos, que me ponga en contacto con sistemas para que me envíen un listado de medio millón de registros, que hay que punteárselo todo antes del día uno.

Perfect, genuine, complete, crystalline, pure

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué te pensabas Hombre-Topo, que te iban a esperar con banda de música y coro de geishas ninfómanas?
Bienvenido al mundo de los zombis.

el hombre topo dijo...

¿Coro de geishas ninfómanas?

En mi empresa tuvimos uno, pero gastaba mucha luz. Y no se crea, que tampoco era para tanto. Si acaso por los canapés que daban al principio de cada sesión.

Anónimo dijo...

hombre topo, aun me ha respondido a la propuesta radiofonica


digame usted un si
o argo