martes, 10 de junio de 2008

Fantasías animadas de ayer y hoy


- Pídeme lo que quieras.
- ¿Y eso?
- No sé. Que me habrás pillado con la guardia baja…
- Pero ¿lo que quiera, lo que quiera?
- Hombre, tampoco te pases. Una cosa dentro de lo normal.
- Es que ahora…así de pronto…
- Pues nada, pero luego no me vengas diciendo que no te lo ofrecí, que siempre te estás quejando de que ya no le ponemos fantasía, que se ha perdido el morbo…
- Que no es eso, mujer. Es que me has pillado de sopetón. Que no me lo esperaba. Estaba yo aquí como distraído y no…
- Lo que pasa es que tú mucho quejarte, pero luego, a la hora de la verdad, mira tú por dónde.
- Vale, vale. Que yo te lo agradezco, y muy en serio que te lo digo. Pero es que así, de repelente…
- ¿Y cómo quieres que sea? Estas cosas van así. Rapiditas, improvisadas...
- Pues el caso es que ahora…
- Oyes, tampoco te me vayas a poner complicado.
- Pero es que precisamente hoy vengo un poco justo.
- ¿Y eso qué?
- Pues eso, que venía sólo con lo justo… Joder, si ya lo sabes…
- ¿Qué pasa? ¿Que crees que te voy a cobrar más?
- Hombre, si me dejas pedir lo que quiera…
- Que ya te he dicho que dentro de lo normal, que no te vayas ahora a poner artista.
- ¿Y no me costará más?
- ¡Joder, Hombre Topo! ¡Me están dando unas ganas enormes de mandarte a la puta mierda!
- Pues sí que estás tú morbosa y sugestiva, Esperancita.
- Ya ves, esto es lo que hay.
- ¡Hala! Ya te me has tenido que aperrear.
- Es que tienes una mano para joderlo todo…
- Mujer, no te me pongas abrupta…
- Y a ver cómo quieres que me ponga.
- Venga, que tienes razón. Que lo nuestro será pagando, pero siempre le podemos poner un poco de fantasía.
- Ya, claro.
- Que sí, que tienes razón.
- Lo dices para quedar bien…
- Que no, que no. Que ya se me ha ocurrido una fantasía…
- ¿Tú? ¿Una fantasía? Venga hombre, no me toques los aparejos…
- Como lo oyes, reina mora
- ¿Sexual y guarra? Ya será menos. Si a ti te sacan del grecorromano y ya estás perdido…
- De monja
- ¿Cómo que de monja?
- Que te vistas de monja. Que me pone.
- ¿Que te pone? ¿Cuánto?
- Palotero hasta el techo…
- ¿Y cuánto de monja quieres que me ponga?
- Pues todo lo que puedas y más.
- ¿Y después…?
- Te como el hábito.
- ¿Todito todo?
- Hasta las hilachas, guarra que eres una guarra, y hemos quedado en que no cobrabas de más, ¿no?
- Joder, Topo, con lo bien que ibas… Contigo, ya se sabe, en cuanto empieza una a coger temperatura, bajonazo que te crió….
- Para bajonazos, el que te voy a dar…
- Menos lobanillos, ansias, que eres un ansias.
- Bueno, ¿qué? ¿Nos falta mucho?
- Que no, que ahora salgo que ya estoy.
- ¿Ya?
- Toda tuya…
- ¿Con sus ligamentos por debajo y todo?
- Como una caballería en celo…
- Pero de monja…
- Pero de monja, Topo. Pero de monja.
- A ver si luego…
- Ya.
- ¿Ya?
- Ya. Y haz el favor de cerrar los ojos, que salgo. Que así hace más efecto.



1 comentario:

iperico dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.