martes, 4 de diciembre de 2007

Un adios emocionado

Hace ya casi treinta años que la trajeron. Ahí está, en esa vieja foto, al fondo, como queriendo pasar desapercibida. ¡Cómo pasa el tiempo!





Ayer, por falta de alimento, dejó de existir. Guardaré como un tesoro sus últimas palabras:





Creo que la humanidad debería tomar buena nota de este mensaje. Pero ya se sabe, si ignoraron en su tiempo a la Vírgen de Fátima y nos vino el comunismo, ¿qué no harán ahora con mi amada impresora matricial?


Nunca te olvidaré.

1 comentario:

RosaMaría dijo...

Qué será de ella ahora? Eres de un observador increíble. Serán así los topos?