
Cambio mucho de bares. Hasta hace poco no me dí cuenta del motivo, me parecía lo más natural del mundo. Los tipos de la barra, a la tercera que te ven por allí, y ya sin preguntarte, te ponen “lo de siempre”, que viene a ser lo mismo que creen recordar que pediste la última vez que fuiste por allí. Si encima eres de los que repiten, y en realidad todos somos de los que repetimos, los del otro lado parece como que hacen competiciones de memoria con nuestros cafés y nuestros sol y sombras.
Lo de siempre… al tercer día. Suena como que ya no quieres volver.
Lo de siempre… al tercer día. Suena como que ya no quieres volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario