
Esperando a que ella baje al portal. O a que el marido apague la luz. Esperando a que traigan el cadáver de la abuela. Que sirvan las mesas y retiren los servicios.
Esperando siempre. A que terminen de mear. A que suene el teléfono y nos lo cuenten todo de una vez. Esperando la lista de bajas. Y esperando a que algún día termine el capullo de delante.
En la taquilla del cine. Y en la del fútbol. Esperando los carteles de San Isidro y que repartan ya las entradas para la canonización de Sor Marquesina. Esperando a que abran el locutorio. A que den el aviso de visita, o a que al menos por este mes alcance el dinero. Esperando un puto vis a vis.
Esperando en el besamanos y esperando los pésames.
Sí. Eso es lo que hay. Y a mi no me venga a contar su vida, hágame un favor.
1 comentario:
Espérese, que se lo cuento...
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