jueves, 3 de abril de 2008

Grandes Personajes del Momento de Ahora Mismo. Hoy: Jim Cramer.



Hay gente grande en el mundo. Muy grande. Enorme. Pero sólo los genios pueden ocupar su sitio en el más reputado ranking del momento de ahora mismo, que es éste que yo me escribo cuando según me la trae floja.

Jim Cramer, nuestro héroe de hoy es todo un tío famoso. Que hacen muñecos de él y todo. Como los de La Masa o el Hombre Murciano, así de plástico, con expresión de “yo me lo como todo que pa eso me he venío y más vale ochenta que ocho”.

Es muy números y muy de Norteamérica el Jim Cramer, que sale en la tele y dice a las viejillas de Illinois: “compren acciones de la Telefónica de Alaska”, o “cuidao, que dicen que Legorreta y Asociados se da la hostia, que cierran ya, véndanlo todo que ya me lo agradecerán”:

Lo echan por la tele al Jim Cramer, que es listo y popular y lleva camisas de manga corta, como todos los yanquis que salen en las películas de oficinas, que también se bajan al puesto perritos y se manchan enteros la pechera cuando por apretarse fuerte en la salchicha.

Y no te creas, oyes. Que es famoso, pero no por eso es natural y simpático, que se pone a decir sus cosas por cima la mesa y chilla y se le pone la vena colorá, que un día le va a dar algo de tanto dar consejos a las viejillas de Michigan o por ahí de lo suyo.

¿Que te dice Jim Cramer por la tele en conexión nacional que compres “Tartaletas de Santiago, Inc”? Pues, compra, carallo. Que ya luego me dirás. ¿Que es que no? Pues lo mismo pero del revés. Si quieres hacerte rico, Jim Cramer. Y lo demás son ganas de marear el carnero.

Claro que a todo cerdo le llega su San Fermín, o como se diga. Que no va a ser acertar un día sí y otro y otro. A veces, pues eso, que te puede pasar y, pongamos por ejemplo, le dices a la nación entera que te escucha con sus agentes de bolsa al otro lado el teléfono, que compren, compren y compren al Banco Bearn Sterns, que es un banco fenómeno de cuando por lo menos los cuáqueros iban en abarcas, y que se van a forrar y todo lo demás, y lo grita el tío y chilla y se pone malo. Y ¿no van los envidiosos ésos del Banco y se autodestuyen, aunque sólo sea por dejarle mal al sabio más simpático de toda la historia de la tele?

Y mira la acción, mírala. A tomar por el santo orto del Abad… Y a ver quién se compra ahora la dentadura postiza ésa tan mona de platino que tenían la otra tarde en el escaparate del bazar del Señor Tom, el jodío negro los cojones, ése que en vez de jugar a la bolsa, puso una tienda y mírale, habría que quemarle el negocio para dejara de ir por la vida haciéndose el guapo.

Y la competencia, que es muy mala y muy asquerosa, ¿no le han puesto un anuncio en la prensa, recordándole lo metepatas y lo cabrón y lo bobo que es? Es lo que tienen en los estados esos que están tan unidos, que si te das la hostia, te rematan. Pero sin mal rollo ni nada….

Pobre Jim Cramer, qué malos son los banqueros, que sólo por joderle, prefieren arruinar su super banco cojonudo que iba para arriba y ya ven en qué manos estamos…


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