lunes, 28 de enero de 2008

La foto de la mesa

Repasemos su mesa de usted, señor.
Teléfono, ordenador, pantalla (si es plana, es que usted es alguien), taco de postis, calendario del comité de empresa, bote de lápices (con su nombre de usted), grapadora (con su nombre de usted), y detalles chorras encima la pantalla (muñecos con los pies colgando y un letrero que diga "para la mejor controller del mundo" o "de tus antiguos compañeros de RRHH, que a ver si te acuerdas".
Más cosas: tendrá usted tarjetero (si es alguien), botella de plástico para rellenar, pila de asuntos pendientes -cubierta de polvo, espero- y bandeja de metal para sobres de correo interno. Tendrá cables de colores (el de red, el del teléfono y el de los datos), que usted ni puta idea pero cuando llama al técnico para quejarse le dirá que si tiene bien los latiguillos, y los latiguillos no son nada que lleve usted encima o por dentro, que uno de la cuarta dijo una vez que sí, que tenía los latiguillos perfectos, que esa mañana había hecho de vientres normal, como todos los días. Pues eso son los latiguillos, alma de cántabro.

¿Nos queda algo más?¿La plaquita de reconocimiento por veinte años de antigüedad que le dieran cuando la copa de empresa, que luego casi la pierde por cauda del pedo? ¿La pinza de cocodrilo pinchada en la pantalla y que luego va a un bloque de madera que pone "Almansa, qué linda que tú eres", porque le han dicho que una vez uno se murió de un calambre? ¿El chiste de Forges con su gracia del reparto de turnos o de cuando se estropeó el aire acondicionado?

Pero nos sigue quedando algo, ¿verdad? No me mienta que le estoy viendo.


La foto. La puta foto.


La de los niños en la piscina en verano. Eso es que está casado y quiere que todo el mundo lo sepa. Sus hijos le tocan los cojones, parece que estuvieran esperando que llegara usted a casa para empezar a dar la murga, pero ¿y lo que se liga cuando Supercurvas la de Organización se te queda con el escote a quince centímetros de la nariz embobada con la fotico los críos?. Más de uno, con poco más que eso, ha construido imperios. Yo también, en cierto periodo de mi vida, recurrí a las fotos de las revistas de colorines para ponerlas en la mesa. Y mal no me fue. Bueno, hasta que puse la de las infantas, que era mucho el cante. Pero un par de quiquis bien echados sí que cayeron, sí.


También puede ser una foto de una tía esquelética con la cara quemada a trozos, sombrerito ridículo y pantalones bombachos, delante de unas columnas rotas en mitad de un secarral. Eso es que está usted presumiendo de último viaje en crucero por el Egeo que hizo con su novia.
O la de un prado con dos vacas de la central asturiana. Eso es que usted quiere que se sepa que hay un pueblo que es el suyo. Pueblo que no ha pisado desde que le llevaron de niño a conocer a la bisabuela que aún vivía, y se cogió usted mismo unas fiebres que casi lo palma por culpa la leche sin hervir.


Todos tienen su foto. Y si no la tienen, activan el salvapantallas. Con los Alpes al atardecer o uno en ropa interior blanca con cara de espástico y unas letras que ponen "La Séptima".


Todos tienen algo que quieren que se sepa. Lo dejan ahí, como si tal cosa, como si fuera para ellos, pero una mierda para ellos también. La foto o el salvaescrín es para el resto, para los que pasan por ahí, para los que se sientan al lado. Hagan la prueba. Miren su foto, sea de lo que sea. ¿No están hasta los mismos huevos de mirarla? Todos los días, nada más llegar, con la mala hostia del transporte público o del atascado que lleva encima, y está el niño con sus gafas de bucear en la cabeza y cara de haberse bebido media piscina mirándole como diciendo "pero qué pringao eres, papá", o el coñazo de tía boba que se tiró todo el puto crucero diciendo eso de que "nuestra relación no va a ninguna parte". ¿Es eso lo que les apetece ver al llegar a su mesa? ¿No preferirían un cheque al portador por seis millones de euracos, o una nota manuscrita de Doris Leslie o Juan Jesús, los buenorros de la octava, con un requiebro y una hora para verse a solas en el cuarto los contadores antes que termine el día? Amos, no me joda que prefiere el prado ése lleno de moscas o la cena del departamento de hace cinco años que la mitad de los que salen se han prejubilado y viven de puta madre y tú no, tú te jodes?

Las fotos no se ponen para uno, son tocarle los huevos a los demás, son exhibitaciones con las que presumimos de lo que no tenemos. Ni sabemos una mierda de parapente, ni hemos subido el Maina Cholu por su cara norte, ni componemos una familia feliz, ni la relación con la escurría de las columnas rotas va a sitio ninguno y lo que te apetece es mandarla con su madre. Si al menos accediera a chupársela, ¿verdad?

Yo también tengo una foto. Y también lo hago por presumir, no te jode. La tengo en un marco -no muy grande, que no soy yo de ir dando la cantada por respuesta:



Me costaron dos con cuarenta y cinco euros en Cascorro. Y cortan que da gloria verlos. Y nuestra relación va de puta madre.

Y también muy bien.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

señor chinaski, parece que esta usted embebido en odio con estas citas


pero que buena elección de las fotos,
esa de las pirámides esta hecha desde el Mega House...
seguro que tiene una parecida de su viaje a Egipto pegada a la pared del despacho...

ATT dijo...

Yo no tengo foto en mi mesa. Y el salva pantallas es un reloj.
Soy una triste, decididamente.

el hombre topo dijo...

¿Odio yo? ¿Por decir lo que todos saben y nadie reconoce?

Qué poco me quieres, anónimo. A ver si nos vamos un finde al Mena House a explorar cómo va nuestra relación. Aunque yo diría que es posible que no esté yendo a ninguna parte.

Att, tú no eres triste.

Yo diría que no tienes ningún complejo ni mensaje que enviar a nadie. Vamos, que estás contenta como estás.

Sinceramente: ya quisieran muchos.

El Profesional dijo...

Yo etngo como fondo de pantalla una foto de miespalda con gadaffi (qué tipo de mensaje mando? y en el corcho el chiste de forges de los turnos en los puentes, una foto de clooney, otra de las torres gemelas ardierdo, una de artur mas en plan campechano y otra de SuperSarko con el presidente electo de sudafrica...
Encima de la cajonera un jardin zen reconvertido a planeta del principito sin rosa ni boabads...

Soy un complejo, cajondiox

el hombre topo dijo...

Querido Profesional: no este el blog adecuado para solicitar consejo profesional de los suyo, mire a ver en el Centro de Salud de su barrio.

En cualquier caso, la cirugía cerebral avanza a grandes pasos.

Eso sí, no lo intente en casa.